November 2, 2023
From The Militant
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Israel ha existido como un refugio para los judíos desde hace 75 años. Su existencia se hizo inevitable por tres hechos históricos: la traición por los partidos estalinistas contrarrevolucionarios ante las condiciones propicias para que los trabajadores tomaran el poder político en Europa; la negativa de los gobernantes imperialistas de Washington y Londres a abrir sus fronteras a los judíos que buscaban refugiarse de la persecución nazi antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial; y el horror del Holocausto, la masacre de 6 millones de judíos, el 40% de los judíos de todo el mundo.

Tras la derrota de Alemania en la primera guerra mundial imperialista, la economía alemana quedó devastada. Las potencias imperialistas victoriosas, especialmente Gran Bretaña, así como Francia y los gobernantes capitalistas en ascenso en Estados Unidos,  impusieron reparaciones masivas a los gobernantes alemanes. En octubre de 1923, un billete de 1 billón de marcos alemanes valía solo 15 dólares. La galopante crisis económica devastó a la clase media.

El fascista Partido Nacional Socialista AlemĂĄn, dirigido por Adolf Hitler, surgiĂł en esta crisis, atrayendo a capas pequeñoburguesas arruinadas y trabajadores desmoralizados. LanzĂł ataques fĂ­sicos contra los judĂ­os, los sindicatos y otros. “Los matones de camisas pardas ni siquiera se molestan en ocultar su objetivo: el exterminio fĂ­sico de todos los judĂ­os de la Gran Alemania”, explicĂł el Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos en 1938.

Para preservar su averiado dominio econĂłmico y polĂ­tico, la clase capitalista alemana se posicionĂł detrĂĄs de los nazis. El numeroso Partido Comunista AlemĂĄn, bajo una direcciĂłn estalinista, se rehusĂł a cerrar filas con el Partido SocialdemĂłcrata para formar un frente unido para movilizar a la clase trabajadora para tomar el poder. El PC hizo campaña con el lema: “DespuĂ©s de Hitler venimos nosotros”.

Esta traiciĂłn desmovilizĂł y desmoralizĂł a millones de trabajadores que habĂ­an esperado un llamado a la acciĂłn. DestruyĂł la posibilidad de una revoluciĂłn socialista que podrĂ­a haber evitado la segunda guerra mundial imperialista.

Después de que Hitler llegó al poder, las tropas de asalto nazis irrumpieron en reuniones sindicales, aplastaron al Partido Comunista y al Partido Socialdemócrata y lanzaron una creciente campaña de ataques contra los judíos.

Con la firma del pacto Stalin-Hitler en 1939, el Partido Comunista estalinista en Estados Unidos y otros lugares puso fin a toda oposición al régimen nazi y al peligro que representaba para los judíos.

Hitler cumplió su promesa de desencadenar la “Solución Final”, el Holocausto. Alrededor de dos tercios de los judíos europeos fueron aniquilados, algunos en pogromos como la masacre de Babyn Yar en Ucrania, en 1941, otros en los campos de concentración de Hitler. Los efectos espeluznantes todavía se sienten hoy. La actual población mundial judía es un millón menos que en 1939.

A pesar de las profundas ilusiones entre los judíos de que podían confiar en los gobiernos imperialistas “democráticos” para protegerlos, el presidente Franklin D. Roosevelt y los gobernantes capitalistas del Reino Unido, Canadá, Australia y otros lugares cerraron sus puertas a los refugiados judíos.

“¡Permitan que los refugiados entren a Estados Unidos! ÂĄAbran las puertas a las vĂ­ctimas del terror nazi de Hitler!” exigiĂł el Partido Socialista de los Trabajadores en un llamado a la acciĂłn en 1938. El PST realizĂł en los sindicatos una campaña de lucha de clases contra el odio a los judĂ­os. OrganizĂł una manifestaciĂłn de 50 mil personas frente al Madison Square Garden en Nueva York en 1939 contra el pro-Hitler Bund AlemĂĄn Americano, que estaba realizando un mitin dentro del edificio. La polĂ­tica del “frente popular” de colaboraciĂłn de clases del Partido Comunista exigĂ­a lealtad a Roosevelt.

Después de la segunda guerra mundial estalló una ola de luchas obreras revolucionarias en Francia, Grecia e Italia.

Pero una vez mĂĄs, los trabajadores de esos paĂ­ses fueron traicionados por los partidos estalinistas. Se apegaron a la polĂ­tica de MoscĂș de subordinar los intereses de los trabajadores a la bĂșsqueda de alianzas con Washington y otros gobiernos imperialistas en nombre de la “coexistencia pacĂ­fica”.

Los judĂ­os tambiĂ©n enfrentaron una ola de ataques antisemitas en la posguerra en la UniĂłn SoviĂ©tica estalinista, una campaña apenas velada contra los judĂ­os bajo la bandera de una guerra contra el “cosmopolitismo”.

Refugio para judĂ­os

Las fronteras de Estados Unidos, el Reino Unido y otros lugares permanecieron cerradas a los judĂ­os. Para 1947, un cuarto de millĂłn de judĂ­os que habĂ­an sobrevivido los campos de concentraciĂłn nazis estaban recluidos en “campos de personas desplazadas” establecidos por los Aliados en Alemania, Austria e Italia. Muchos eran antiguos campos de concentraciĂłn o cuarteles del ejĂ©rcito alemĂĄn, rodeados de alambre de pĂșas, donde los judĂ­os sufrieron escasez de alimentos, ropa y medicinas.

Mås judíos, incluidos aquellos que se habían opuesto al zionismo, comenzaron a mirar hacia Israel como una patria donde podían buscar refugio. Unos 4,500 refugiados de los campos huyeron a Palestina en el barco Exodus  en 1947, pero los britånicos, que entonces mantenían a Palestina bajo dominio colonial, los obligaron a regresar a Europa.

Aunque los judĂ­os habĂ­an vivido en Palestina durante miles de años, en 1931 solo vivĂ­an allĂ­ 175 mil. En 1948, cuando Israel fue reconocido formalmente como estado, habĂ­a 650 mil. Hoy en dĂ­a, la poblaciĂłn judĂ­a allĂ­ supera los 7 millones y los judĂ­os continĂșan emigrando a Israel, buscando refugio del odio y la discriminaciĂłn hacia los judĂ­os.

“Israel tuvo y tiene que ser un refugio para los judĂ­os”, dijo Rachele Fruit, candidata del PST al Senado de Estados Unidos por Florida, en un comunicado del 10 de octubre con el cual el partido ha estado haciendo campaña por todo el paĂ­s. Dijo que el camino para poner fin al antisemitismo y eliminar la explotaciĂłn y la opresiĂłn capitalistas es mediante la lucha de clases y una revoluciĂłn socialista.

“Solo las clases trabajadoras de Israel, Palestina, Irán y toda la región”, dijo, “pueden encontrar una solución que responda a sus intereses comunes”.




Source: Themilitant.com