Por Sergio RodrĂguez Gelfenstein
El autor es consultor y analista internacional venezolano, y fue Director de Relaciones Internacionales de la Presidencia de la RepĂșblica Bolivariana de Venezuela y Embajador de la RepĂșblica Bolivariana de Venezuela en Nicaragua.
El 1 de noviembre. El circo montado por Estados Unidos y Noruega, su aliado de la OTAN con respecto a Venezuela, marcĂł un punto de inflexiĂłn el pasado 17 de octubre cuando se firmĂł un acuerdo entre el gobierno y la oposiciĂłn.
El circo dice relaciĂłn con la ridiculez de negociar fuera del territorio venezolano ( en MĂ©xico y Barbados) solo porque en Venezuela no hay embajada de Estados Unidos y necesitan controlar de cerca a sus empleados nativos que ânegocianâ en su nombre. ÂżCuĂĄndo se ha visto que dos partes legales de un conflicto, tengan que negociar en el extranjero cuando ninguna de ellas es clandestina ni perseguida y cuando en el paĂs no se estĂĄ desarrollando una guerra?
La necesidad de dialogar entre venezolanos en MĂ©xico y Barbados es expresiĂłn de la profunda desconfianza que tiene Washington por sus adlĂĄteres locales a los que necesita âcontrolar desde cerca.â
El objetivo de esa ânegociaciĂłnâ era ratificar, para darle marco legal a lo acordado en la verdadera negociaciĂłn que es la que sostuvo de forma discreta y confidencial el gobierno de Venezuela con el de Estados Unidos.
Este Ășltimo pidiĂł mantenerla en secreto mientras decidĂa la forma de âvenderleâ a su opiniĂłn pĂșblica que estĂĄ dialogando con un gobierno al que caracterizaron como dictadura y al que juraron derrotar de cualquier forma considerando que todas las opciones âestaban sobre la mesa.â Washington pidiĂł que lo acordado se conservara en reserva hasta esperar el âmejor momentoâ para darlo a conocer. Ese momento llegĂł, eso sĂ, antes del tiempo previsto por la administraciĂłn Biden.
Las intervenciones estadounidenses fracasan
A estas alturas, Estados Unidos ya pudo constatar que todo el arsenal de instrumentos utilizados para derrocar al gobierno bolivariano fracasĂł estruendosamente. Veamos:
- Intentaron fracturar a la fuerza armada.
- Dieron un golpe de Estado.
- Realizaron una invasiĂłn por vĂa marĂtima.
- Otra por tierra desde Colombia.
- Realizaron un atentado con drones para asesinar al presidente Maduro y a los miembros del gobierno y el alto mando militar.
- Se aliaron con la delincuencia organizada y el narcotrĂĄfico para desestabilizar el paĂs.
- Realizaron varias olas de atentados terroristas y sabotajes contra los servicios pĂșblicos.
- Aprobaron alrededor de 930 medidas coercitivas unilaterales (mal llamadas sanciones) contra personas e instituciones del paĂs.
- Desataron una furiosa campaña mediåtica de mentiras para desinformar sobre lo que estaba ocurriendo en Venezuela.
- Falsificaron la cifra de migrantes que ellos mismos produjeron con su ola de sanciones y agresiones para maximizar las ganancias que âese negocioâ produce construyendo ademĂĄs una fĂĄbula al respecto, sin importarle en lo mĂĄs mĂnimo el dolor de esos ciudadanos que se veĂan obligados a abandonar su tierra.
- Bloquearon las transacciones financieras internacionales
- Fundaron el Grupo de Lima, Ășnico organismo internacional en la historia creado para derrocar un gobierno
- Enviaron sus naves de guerra al mar Caribe para bloquear el comercio impidiendo la llegada de medicinas y alimentos al paĂs.
- Ordenaron a sus paĂses satĂ©lites que retiraran a sus embajadores de Caracas. Ellos mismos se fueron y cerraron su embajada mientras ordenaban a grupos de delincuentes que ocuparan la nuestra en Washington por la fuerza, violando las normas mĂĄs elementales del derecho internacional.
- Prohibieron a los laboratorios occidentales que vendieran a Venezuela vacunas contra el COVID.
- Movilizaron a los paĂses limĂtrofes para ejercer presiĂłn militar en las fronteras de Venezuela.
- Manipularon de forma artificial la moneda venezolana, el bolĂvar.
- Sancionaron indiscriminadamente a la industria energética nacional, en especial a PDVSA.
- Enviaron centenares de millones de dĂłlares para financiar la subversiĂłn interna que produciendo decenas de vĂctimas a travĂ©s de prĂĄcticas solo comparadas con la de los nazis y la de los sionistas hoy en Palestina.
- Inventaron un presidente artificial.
- Robaron impunemente empresas, aviones y refinerĂas de Venezuela, asĂ como otros activos para entregĂĄrselas como botĂn a sus empleados locales que hacĂan la tarea encomendada por Washington.
âŠy fracasaron. Todas estas acciones estĂĄn documentadas y pueden ser objeto de estudio para aquellos que se interesen en saber lo que ha pasado y estĂĄ pasando en Venezuela.
Agotados todos esos expedientes pretenden crear un nuevo GuaidĂł, pero ahora intentado dar apariencia legal al procedimiento. En el plano internacional, habida cuenta de que los nuevos gobiernos progresistas de Colombia y Brasil se han negado a hacerse parte de las acciones contra Venezuela, utilizan al dĂ©bil rĂ©gimen de Guyana, dirigido por una Ă©lite de mentalidad neocolonial y rastrera que ha traicionado a sus grandes lĂderes fundadores: Cheddi Jagan y Forbes Burnham para crear un conflicto internacional encaminado a justificar una acciĂłn militar bajo conducciĂłn del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, sirviendo de esa manera, a las grandes transnacionales energĂ©ticas occidentales.
No obstante haber descubierto que la oposiciĂłn venezolana, ademĂĄs de ser expresiĂłn de una mediocridad y una ignorancia vergonzosa, les han mentido por años anunciando âla inminente caĂda de Maduro,â Estados Unidos -al igual que en Ucrania e Israel- se aferra a prĂĄcticas intervencionistas e injerencistas dando soporte a fuerzas que representan el pensamiento mĂĄs retrĂłgrado del paĂs. Ha podido mĂĄs su apego a una lĂłgica caduca de guerra frĂa que la bĂșsqueda de entender una realidad que estĂĄ anunciando el nacimiento de un mundo nuevo.
Pero no es esa la razĂłn por la que negociaron con Venezuela. No tienen empacho en derrochar el dinero de los contribuyentes estadounidenses cual hemorragia sin control, a fin de intentar detener el curso de la historia.
Dos aristas
Dos aristas tiene este aparente acercamiento a Venezuela.
En primer lugar, la profunda crisis econĂłmica, en particular en el ĂĄrea de la energĂa que estĂĄ acosando a Estados Unidos.
Hay que recordar que solo dos semanas después de iniciada la operación militar de Rusia en Ucrania, una delegación estadounidense, la de mås alto nivel en mås de una década, arribó a Caracas presidida por Juan Gonzålez, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.
Oculto tras un supuesto interĂ©s en liberar algunos estadounidenses presos en Venezuela, el verdadero objetivo de la visita fue abrir las puertas del paĂs para establecer una lĂnea de comunicaciĂłn en un momento de incertidumbre respecto del alcance que podĂa tener el conflicto en Ucrania.
Pero, lo que pudieron prever se quedĂł corto, las sanciones contra Rusia se revirtieron y estĂĄn afectando mĂĄs a los victimarios que a la vĂctima. Un informe de la semana pasada da a conocer que la reserva estratĂ©gica de petrĂłleo de Estados Unidos estĂĄ en su nivel mĂĄs bajo desde 1983.
Lo cierto es que hoy poseen menos de la mitad del crudo que tenĂan en reserva hace 10 años. En este momento, las mismas ascienden a 350 millones de barriles. Para que se tenga una idea de lo que eso significa vale decir que en los dos Ășltimos años, Biden liberĂł 270 millones de barriles de sus reservas a fin de bajar los precios.
Hoy no podrĂan hacer eso. Por ello necesitan que el petrĂłleo de Venezuela fluya sin limitaciones por el mercado. He ahĂ la primera razĂłn que explica el porquĂ© de las negociaciones.
La segunda lĂłgica sobre la que actĂșa el gobierno de Estados Unidos tiene que ver con la forma como le venden a su opiniĂłn pĂșblica que, -como dije antes- estĂĄn negociando con la âdictaduraâ que juraron destruir. Como se sabe, la opiniĂłn pĂșblica de Estados Unidos es ignorante, manejable y manipulable y sĂłlo importa como mĂĄquina de producir votos. No obstante, si no funciona para ese objetivo, tambiĂ©n puede ser manipulada para aceptar un fraude como el ocurrido en los comicios presidenciales del año 2000 cuando le robaron la elecciĂłn a Al Gore tras un acuerdo entre las Ă©lites y las instituciones del poder.
De tal manera que, sustentados en la estupidez orgĂĄnica de esa opiniĂłn pĂșblica, esta situaciĂłn, que tiene talante polĂtico, se puede transformar en uno de carĂĄcter electoral y eso si es un problema para la administraciĂłn estadounidense. Estos dos factores aceleraron el desarrollo del proceso negociador en Venezuela.
AsĂ, obligaron a la oposiciĂłn venezolana a ir a Barbados y aceptar todo lo que el gobierno proponĂa porque todo lo que se exponĂa ya habĂa sido acordado previamente entre los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos. A la oposiciĂłn no se le dio la posibilidad de opinar, solo de acatar.
Por eso el tema de las inhabilitaciones no fueron discutidos. Como es normal, una vez mĂĄs, Estados Unidos hizo uso de sus lacayos, -sean personas, organizaciones o paĂses- cuando estas ya no les sirven. PregĂșntenle a GuaidĂł.
Ahora, Washington lo estå vendiendo de forma tal que parezca que, en la medida que el gobierno de Venezuela y la oposición se pusieron de acuerdo, no tiene sentido mantener las sanciones porque ellas lograron su objetivo de obligar a Maduro a ceder. Todo es falso, es al revés. Washington llegó a un acuerdo con Caracas y ordenó a la oposición que lo acatara.
Maduro, un firme defensor de la soberanĂa
La afirmaciĂłn de que Maduro cediĂł obvia que en alguna medida, la polĂtica si se quiere hacer en los marcos de la democracia representativa que impera en Venezuela, obliga a las partes a ceder en algo. Pero lo que no se ha negociado es la soberanĂa, la integridad territorial, la voluntad del pueblo de defender su futuro, y en eso, Venezuela ha tenido en el presidente Maduro, un firme defensor.
No se puede hablar de ceder en tĂ©rminos peyorativos. Al contrario, ceder es sĂmbolo de grandezaâŠy de poder. Se cede en lo tĂĄctico mientras se es firme e inamovible en la defensa de los objetivos estratĂ©gicos. Esa es la esencia para llevar adelante y con Ă©xito las metas de largo plazo que conducen a la transformaciĂłn revolucionaria de la sociedad.
Para ello, hay que saber construir la correlaciĂłn de fuerzas necesarias para producir los cambios y en medio de una brutal agresiĂłn imperialista, ese proceso es lento y difĂcil. El gobierno ha cedido en la negociaciĂłn con la oposiciĂłn democrĂĄtica porque es un mandato constitucional.
Llegar a acuerdos en favor del paĂs y del pueblo no es negativo. Al contrario, es lo que desean todos los venezolanos. Pero claro, la oposiciĂłn terrorista que ahora pretende crear una lideresa artificial engañando al pueblo y que ademĂĄs, pone en duda los intereses soberanos de Venezuela en el Esequibo no tienen capacidad de debatir, solo de acatar lo que le dictan desde el norte.
El pueblo de Venezuela resistiĂł y triunfĂł señalando una vez mĂĄs que la victoria es el premio de los que luchan y no se arrodillan. Eso es lo que aprendimos de BolĂvar y de ChĂĄvez y es lo que nos sostiene para enfrentar y ganar los combates del futuro donde quiera que estas se libren: en la mesa de negociaciones o en el campo de batalla.
X:@sergioro0701
Source: Workers.org